Continúa Galdós en los cinco episodios restantes de esta segunda serie conjugando hábilmente el fondo histórico con la trama novelesca. La acción arranca con la intervención militar del ejército francés conocido como los Cien mil hijos de san Luis para apoyar a Fernando VII en su restauración del absolutismo frente a los liberales, mientras que el personaje de Genara se va nutriendo y matizando a medida que avanza la trama. El terror de 1824 se refiere al segundo año de la década absolutista presidida por la siniestra figura de Calomarde. Ahora Galdós mantiene a Monsalud fuera del relato, y a Soledad a la espera de contactar con él en unos momentos muy peligrosos para los liberales. El tiempo corre hasta la sublevación armada de los absolutistas radicales y los inicios del carlismo en Un voluntario realista, una de las novelas más dramáticas de la serie en la que lo novelesco prima sobre lo histórico. Y finalmente, se cierra el tomo con Los apostólicos y Un faccioso más y algunos frailes menos, episodios en los que reaparece la figura de un Monsalud algo desencantado, que decide huir de los convulsos escenarios públicos y refugiarse en la felicidad doméstica.