Andreas se dispone a pasar una noche más a la intemperie en las frías calles de París cuando, de pronto, se le acerca un enigmático desconocido con una inusual propuesta: le prestará doscientos francos con la única condición de que, tan pronto como le sea posible, salde su deuda donando el dinero a la santa Teresita de Lisieux en la iglesia de Sainte-Marie des Batignolles. Andreas, alcoholizado y vagabundo, acepta, y su vida se torna una sucesión de pequeños milagros... Este magistral relato de tintes premonitorios, considerado el testamento literario de Roth, es quizá su obra más célebre y evocadora. De estilo sobrio, conciso y sumamente irónico, las múltiples lecturas que ha inspirado a lo largo de los años acreditan la vigencia del texto.