Nos encontramos ante una narración sentida sobre la soledad y el desencanto, hilvanada con acierto por un autor que no deja indiferente y que mantiene la atención del lector con un lenguaje sencillo y astuto. El narrador es un joven desapegado de la vida ordinaria y con un planteamiento descorazonador de ésta. Sin embargo, su relato logra unir las piezas de este puzle inacabado. La narración afecta y modifica la visión del narrador y del lector, suscitando un giro vital a la forma de ver el mundo. El texto respira vida y aliento, conduciéndonos a un horizonte donde ya nada será igual y donde cabe la esperanza.