La muerte del ser amado es el mordaz punto de partida de esta novela. X ha muerto es un monólogo de breves piezas que oscilan entre la crudeza y la dulzura, capaces de llevarnos al llanto o provocarnos una carcajada. La protagonista se desnuda a través de una narración en primera persona en la que nos muestra sus deseos y sus monstruos al hablar de su amado, del dolor de perderlo. Esta novela nos enreda hasta extremos catastróficos y rocambolescos para exorcizar nuestros propios miedos, mostrándonos una imagen satirizada de las relaciones amorosas. La honestidad de la protagonista es tan poderosa que no tenemos más remedio que dejarnos arrastrar por sus emociones y hacernos cómplices, compartiendo sus vivencias, dolores y obsesiones.