Quisiera invitarte al salón de mi apartamento, servirte un café y que me acompañaras mientras recito la historia que culminó con mi destierro. Quisiera que me acompañaras mientras recuerdo los campos de flores y la tierra que un día me fue conocida. Las manos que me enseñaron lo que era la pasión y que, en cada ruptura, hay un hueco para lo sagrado. Vestigios es un poemario donde te invito a sentarte conmigo para escuchar lo que quedó en pie y lo que se derrumbó cuando dejé atrás la inocencia. Los romances y las tragedias; la fe y su pérdida; la lucha por construir y reconocer una identidad sólida entre fantasmagorías...
Yo quiero contarte que no hay que temerle a ningún océano, porque siempre quedarán sirenas.