«No queda más que una salida del laberinto en el que andamos tropezando a ciegas: seguir la tenue luz de la razón, que nos devolverá al compromiso entre "ver" y "saber", entre las percepciones de la retina y las visiones conceptuales, que constituye la base del arte visual como función eterna de la naturaleza humana. El estudio en profundidad de las abstracciones y conceptos puros sólo puede llevar a la matemática pura. Un ilustre pionero de tan sublime disciplina me aseguró que su práctica le proporcionaba visiones y éxtasis inimaginables. Por desgracia, la matemática más abstracta escapa a la comprensión de quienes no dominan su lenguaje, algo que sólo está al alcance de unos pocos, mientras que, con algo de esfuerzo y preparación, todo el mundo puede entender las artes visuales y comunicarse con ellas.» Bernard Berenson