Inmaculada Pelegrín López (1969, Lorca, Murcia). Pasa varias horas al día mirando a través de un microscopio, tal vez por esto sus versos estén llenos de cosas mínimas. Todas las mañanas se sorprende cuando, al salir de casa, alguno de los perros que viven allí, se le acerca moviendo la cola, quizás sea el motivo por el que sus palabras se refieran al asombro de lo cotidiano. Le gusta contemplar el cielo y hacerse preguntas. El cielo nunca se repite, las preguntas tampoco. Se podría pensar que a través de la poesía busque permanecer alerta ante el milagro, porque si pasase desapercibido sería como si no hubiese existido. En su vida hace muchos números, seguramente habrá llegado a la conclusión de que somos estadísticamente imposibles y sin embargo somos. Es probable que escriba para advertirnos de tal contingencia. Ha publicado, entre otros, Trapos sucios (ed. Tres Fronteras 2008). Óxido (ed. Pre-Textos, 2008). Premio Internacional de Poesía Gerardo Diego. Cuestión de horas (ed. La isla de Siltolá, 2012). Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez. Ganadora del Premio Pulchrum 2020 que concede la