Cuando vemos aparecer a la pesadilla entre las ilustraciones de este precioso libro, nos damos cuenta de que la pesadilla da más pena que miedo. Es verdaderamente fea, pero muy miedosa. Nos encontramos ante un cuento ideal para conjurar los miedos nocturnos y valorar la capacidad de los niños para hacer frente a sus temores. La sencillez del texto y la calidez de las ilustraciones hacen de este libro un clásico para los más pequeños.