Las Obras Completas que inaugura este primer tomo contienen la totalidad de las obras publicadas por el autor, ordenadas cronológicamente. Las dos primeras, La mujer de Ojeda e Hilván de escenas, muy diferentes entre sí, quedaron excluidas de sus Obras Completas tras las exigentes revisiones del autor y no fueron reeditadas hasta este momento. Su indudable valor radica en que permiten al lector rastrear los inicios del universo mironiano, que alcanzará una expresión personal en Del vivir (1904), primera obra que reconoce como suya. Es un libro modesto pero novedoso, muy elogiado por escritores de prestigio como Eugeni DOrs o Azorín. En La mujer de Ojeda inicia su indagación en el sentimiento amoroso, que desarrollará más adelante en otras obras mayores, como la novela lírica Las cerezas del cementerio, que inaugura la etapa de madurez. Con la novela corta Nómada participó en el concurso literario de El Cuento Semanal. Un jurado de excepción, compuesto por Valle-Inclán, Pío Baroja y otros, la eligió como obra ganadora, lo que le supuso el reconocimiento nacional.