“Te dirán que tengo más de cincuenta y cinco años. Divorciada, con dos hijos en edad adulta y los brazos y la espalda llenos de tatuajes... Cincuentona. Vividora. Caprichosa. Repudiada. Amargada. Mala mujer. Mala madre. Mala hija. Mala hermana. Mala amiga. Sin principios. Son palabras que resuenan huecas porque no me conocen... Pero es posible que todo esto ya no importe porque ya nada son días felices o días azules. Ahora todo son días grises”
Alana es una mujer sin pareja, que se enfrenta a la pérdida de su madre y de su juventud invadida por una cierta displicencia hacia la vida. Entre oleadas de tristeza que la arrastran al fondo y la devuelven a la superficie, Alana se ahoga y sale a flote para tomar una bocanada de aire y se hunde de nuevo atrapada en un vaivén de emociones. Sin embargo, junto a esa apatía general por la vida, surge un intenso e incontenible deseo por Hugo.
‘No digas nada’ es el testimonio vital de una mujer que se enfrenta al duelo, a la madurez, a las embestidas de la vida y al deseo de ser amada. Es, además, una novela de un profundo erotismo capaz de remover las etiquetas que la sociedad adjudica a una mujer adulta.
En esta obra Astrid Gil-Casares se revela como una narradora intimista que muestra su piel sin vergüenza y sin temor a la mirada social.