Emparentadas con la sensibilidad, la paranoia e incluso el humor de la narrativa kafkiana, reproducen el horror que domina toda la existencia humana en el microcosmos burocrático de la empresa.
«En torno a 1993», comenta Ligotti en el libro de entrevistas Born to Fear de próxima aparición en Valdemar, «cuando la empresa para la que trabajaba estaba pasando por una remodelación, y no era la primera, sus estupideces palmarias y actitud deshumanizada me desquiciaron tanto que escribí La red de pesadillas [...] Pero no fue hasta el año 2000, varias remodelaciones después, cuando empecé a perder la cabeza. Me obsesioné con fantasías violentas y estas se convirtieron en el impulso para escribir Mi trabajo todavía no está acabado». Frank Dominio lleva media vida trabajando en la misma empresa y ha logrado ascender a duras penas al puesto de supervisor de división con personal a su cargo. Un día decide presentar en una reunión de directivos un proyecto innovador en el que ha estado trabajando, pero su supervisor jefe propone aparcar la propuesta. Dominio se siente humillado y ve en esta maniobra un intento de minar su estatus. Herido en lo más profundo, tratará de ajustar las cuentas con los supuestos conspiradores, sus colegas Barry, Harry, Mary, Perry, Sherry y Kerrie.
Este volumen reúne dos relatos, La red de pesadillas y Tengo un plan especial para este mundo, y una novela corta «Mi trabajo todavía no está acabado» (2002), tres narraciones de horror corporativo, historias ambientadas en un entorno laboral de pesadilla. Además de Crampton (1998), un guion escrito por Ligotti junto a su amigo Brandon Trenz con la intención de proponerlo como episodio de la serie de TV «Expediente X».