La personalidad controvertida, rebelde,
inconformista, romántica y realista a la vez,
de Máximo Gorki ha dado lugar a su estilo personal e inconfundible. En su época, la popularidad social de Gorki se equiparó a la de Chéjov o Tolstói, tal era la fuerza que transmitía y el atractivo que sentía el público lector de la etapa más delicada en la historia de la fase revolucionaria rusa. Gorki soñó con hacer posible la consecución de una mejora en la vida social de los obreros brutalmente castigados por la industrialización, terminar con las injusticias sociales que herían hondamente el alma del hombre convirtiéndolo en un lobo para el hombre.
«La madre» está inspirada en los sucesos que se produjeron en la fábrica de Sornovo durante
la revolución de 1905. La creencia ciega de Gorki en una verdadera y posible revolución capaz de mejorar la existencia del hombre está en muchos de los diálogos y en el contenido básico de esta novela. El hombre, repetirá una y otra vez, "es la única maravilla sobre la tierra; todas las demás, son producto de su imaginación, inteligencia y voluntad creadora".