Sabemos de la capacidad que tiene la ficción para inventar realidades y examinar el
mundo que vivimos. También de la necesidad de la industria audiovisual de enganchar a una audiencia global al tiempo que busca conectar con colectivos minoritarios.
Los pálidos, relato de una crisis y de un combate, tiene lugar en una sala de guion, allí donde se fabrican historias y se dan pulsos entre criterios y egos. Un equipo de
guionistas, coordinado por el veterano Jacobo, trata de levantar una exitosa serie cuyo último capítulo, sin embargo, ha resultado un fiasco: millones de seguidores volcaron su decepción y furia al punto de generar una controversia mayúscula. Jacobo, entre la espada y la pared, propone a María, una joven activista de clase baja, que se una al equipo.
A partir de aquí, Lucía Carballal despliega un conjunto de voces que se mueven en
arenas movedizas mientras se preguntan: ¿quién escoge en realidad las historias que
nos cuentan?
«Tener una voz propia, ser especial, marcar la diferencia
, son obsesiones de los
personajes de esta obra, pero también de nuestro tiempo, quizá como acto reflejo
ante el terror a quedar obsoleto y por tanto al margen». Lucía Carballal