De una sensibilidad poética poco común, los cuentos de Magalí Etchebarne ponen en escena a niñas, adolescentes, mujeres jóvenes o de mediana edad, ancianas solitarias. Mujeres que a su vez son definidas como madres, hijas, esposas o amantes. Sin embargo, bajo los espacios de la intimidad en los que se desarrollan sus historias fluye una energía salvaje que amenaza con derribar las bambalinas domésticas: la crudeza inflamable del amor. Desde su publicación en Argentina, "Los mejores días" ha pasado de ser un secreto a voces dentro del circuito independiente de su país a que Etchebarne sea considerada la última representante de una larga tradición de grandes cuentistas.