La utopía oculta recupera a Charles Fourier (1772-1837) no precisamente como socialista utópico, sino como la primera voz de una manera de entender la modernidad que adquiere hoy en día, en la formulación radical que él supo darle, una llamativa relevancia. La utopía de Fourier está toda ella construida en torno a la imaginación del deseo y a su manifestación más exaltada. En la medida en que el deseo ocupa un lugar muy destacado en nuestro modo de vivir actual, en la medida en que se busca potenciarlo y no reprimirlo, y satisfacerlo de la manera más completa e inmediata posible, Fourier es nuestro hombre. Fue el primero que buscó hacer del deseo el elemento vertebral de un nuevo mundo que él nos legó en la utopía seguramente más famosa e influyente de la contemporaneidad. La utopía oculta es un ensayo de restauración del contenido revulsivo de una propuesta cuyo mensaje no está donde generalmente se creyó que debería estar.