Javier Gomá nos presenta en este libro un sainete filosófico y un drama íntimo donde no solo expone con maestría los elementos fundamentales de todo texto dramático, sino que les confiere una importante carga filosófica. Y es que el autor concibe la filosofía como complemento de las vivencias diarias, capaz de enriquecer el teatro al añadir mayor simbolismo, densidad y profundidad a la más espontánea presentación de conflictos, dejando de lado lo simplemente anecdótico. Se incluye en el libro el ensayo inédito del autor «Palabra dicha y dichosa», donde expone las relaciones entre el teatro y la filosofía.
En La sucursal o en el lugar del otro, dos mujeres hablan en la calle sobre la difícil relación de una de ellas con su novio, sobre la felicidad y el número de bienes que se necesitan para ser feliz. De pronto, una de ellas se encuentra con un mendigo y, tras enredarse en una tensa discusión con él, consigue ponerse en el lugar del indigente. Situados en el mismo nivel, la felicidad ya no es como antes lo que más cuenta para ellos, sino la dignidad.
En Don Sandio o nada que decir, el protagonista es un filósofo que disfruta de un prestigio insuperable, pero que se ha negado a presentar una conferencia hasta que pueda ofrecerle al público una idea verdaderamente nueva. Finalmente, el día que decide pronunciarla, y tras una conversación extrañamente confidencial con la fotógrafa, Don Sandio se dirige a la audiencia y le confiesa la insólita tragedia que ha torturado su vida.