Mar Nuestro para los romanos, mar Blanco para los turcos, Gran Mar para los judíos, mar Medio para los germanos, el Mediterráneo ha recibido tantos nombres como pueblos se acercaron a sus orillas desde la Antigüedad. Canal esencial para la comunicación de ideas, modelos y valores, así como para el intercambio de mercancías y el comercio, fue escenario de guerras y luchas por la hegemonía del mundo hasta entonces conocido. Su historia es la del origen de Europa y la civilización occidental. En el tercer volumen de El mundo mediterráneo en la Edad Antigua, Pierre Grimal nos sitúa en el periodo que abarca desde que Roma se consolida como principal potencia en el Mediterráneo tras la victoria en la Segunda Guerra Púnica hasta la muerte del emperador Augusto en el 14 d.C. La formación del Imperio romano nos muestra los acontecimientos políticos, las corrientes intelectuales y religiosas, así como las condiciones sociales y económicas, y reconstruye cómo va tomando forma y se va desarrollando el Imperio romano.