A medio camino entre el ensayo de ideas y la memoria personal, Víctor Gómez Pin reflexiona, con valentía y lucidez no exentas de nostalgia, sobre una España a la vez real e imaginada, aunque nunca imaginaria. Una idea de país capaz de unir la defensa inquebrantable de su variedad cultural y lingu¨ística con la asunción de un legado ibérico común. Una tierra afirmativa «sinónimo en palabras del autor de existencia en comunidad, libre, lúcida, solidaria en la desgracia, conmovida en la celebración y profundamente civilizada».
Gómez Pin se enfrenta sin complejos ni medias tintas a algunos de los grandes debates aún por cerrar de nuestra historia: la pérdida del sentimiento de arraigo
de muchos españoles, la lucha entre lenguas y territorios (con su última y terrible expresión del procés), los años oscuros del franquismo, la colonización de América, la Inquisición y la expulsión de judíos y moriscos, la reivindicación de un histórico pensamiento español (a menudo impugnado, tanto fuera como dentro de
nuestro país), la estigmatización de la tauromaquia, etc.
Con un talento narrativo que cautivará al lector desde las primeras páginas, La España que tanto quisimos salda, de algún modo, una deuda contraída por el autor consigo mismo y con cierta idea afirmativa y reivindicativa de España.