A partir de la
etimología de la palabra francesa corbillard [coche fúnebre], Pascal Quignard
inicia en La barca silenciosa un extraordinario recorrido que conduce al
lector a través de pequeñas historias de vida y muerte, discretos
resplandores autobiográficos, citas, meditaciones especulativas, reflexiones
e incesantes reminiscencias de lecturas. Retomando las obsesiones que se
manifiestan tanto en sus "novelas históricas" como en sus ensayos
(de Albucius a El sexo y el espanto), Quignard está siempre atento a la
unidad secreta que organiza los capítulos y la reflexión. La barca silenciosa
es un libro subversivo, atravesado por una fulgurante e inolvidable belleza.