Las imágenes demoledoras de Charles Simic consiguen dar sentido a un mundo caótico en el que conviven insectos, sepultureros, loros, velos de novia o cabezas de muñeca. En Jackstraws volvemos encontrar a un Simic que logra demostrar la familiaridad en la extrañeza, con una mezcla de lo solemne con lo absurdo. Escuchamos el sonido de las gotas de lluvia al caer, como si fueran nuestros recuerdos. Sentimos la embriaguez de la brisa de sus flores y nos encontramos a un Dios sabelotodo y liante que grapa la noche con la luz de las estrellas.Nieves García Prados ?Maestro de lo surrealista, Simic llena sus poemas de películas de terror, ironías salvajes y las cosas que un insomne encuentra en un lugar como el techo?una joya?.Revista People ?Pocos poetas han sido tan influyentes ?o tan inimitables- como Charles Simic?. The New York Review of Books