La infección de lo humano de Alejandro Céspedes (Gijón, 1958) es una bomba lírica de consecuencias impredecibles. No hemos de tomar precaución alguna para afirmar que Alejandro Céspedes está ya entre los cuatro o cinco grandes poetas vivos en español. Cuando en Topología de una página en blanco propuso un giro temático, estético e incluso vital, fueron muchos los que quedaron colgados para siempre de su palabra. A partir de entonces, Voces en off y Las caricias del fuego se convirtieron en obras de culto, que, si no fueron santificadas en su momento por los sanedrines de la crítica, deben ser considerados dos de los mejores poemarios de la pasada década. Desde su retiro voluntario, Céspedes dio el año pasado a esta colección El aliento del klai, el eslabón que faltaba para reconstruir la evolución de su poesía. Hoy, La infección de lo humano llega con un golpe de autoridad poética para reclamar de una vez por todas el lugar que hay que reconocer a este poeta en la poesía española.