AA.VV
Apartada de los circuitos turísticos, tanto la capital como la provincia han cobrado protagonismo actualmente porque guardan innumerables tesoros apenas conocidos. En Guadalajara descubrimos el Palacio del Infantado (Juan Guas, 1480), principal joya del gótico isabelino; un notable conjunto de templos y el Panteón de la Duquesa de Sevillano (s. XIX) conocido por su cúpula y el interior revestido de mármol. La visita a la provincia nos llevará por enclaves de trazado medieval como Atienza (presidida por su castillo y con varias iglesias románicas); la bellísima Siguënza (templos, palacios, plazas?); la alcarreña Pastrana (con su palacio Ducal o la Colegiata); los pueblos del Señorío de Molina o la Ruta del románico rural. La miel de La Alcarria, producto local por excelencia, y los asados de la zona de Cifuentes y Jadraque constituyen el complemento perfecto de la visita a esta capital castellano-manchega.