MARTINEZ SOLER , JOSE A. / MARTINEZ WESTLE
Hace cincuenta años que murió Franco, un dictador que tuvo todo el poder durante casi cuatro décadas. Unos le querían y otros le odiaban. Todos le temían. El caudillo de España “por la gracia de Dios”, y no por el voto de los españoles y españolas, marca la historia reciente en nuestro país. Sus efectos todavía perduran. Franco ganó la Guerra Civil con la ayuda de Hitler y Mussolini. La historia de las guerras y las dictaduras la escriben los vencedores, pero que hayan ganado no significa que tuvieran razón o que los hechos sean buenos o inalterables. La historia cambia a medida que descubrimos más datos. A mí me secuestró y torturó un comando de la Guardia Civil franquista en 1976, tres meses después de la muerte del dictador, por un artículo que escribí. Casi no vivo para contarlo. A otros les pasaron cosas peores. En estas cinco décadas desde la muerte del dictador, España ha vivido una transición a la democracia; cuesta imaginar que nuestros padres, abuelos y bisabuelos, no hace tanto, se estuvieran matando entre ellos. Ahora que aumenta el populismo y la desinformación, con el auge de la