La vida, esa sucesión de momentos vividos con mayor o menor intensidad, deja huellas que nos acompañan a lo largo del tiempo en forma de recuerdos. Personas, instantes de felicidad o desconsuelo, ciudades y acontecimientos afectan al ser humano y viven en él al abrigo de los sueños e ilusiones. En tierra de nadie, José Luis Leal recupera, desde las profundidades de la conciencia, difusos recuerdos y emociones envueltos en la imaginación, y a menudo acompañados por pensamientos fugaces en el frágil equilibrio de la existencia. Momentos fundidos en la penumbra que la memoria ilumina sin una razón clara, y a los que da forma con la poesía mediante la palabra, fundamento y principio de la condición humana.