Extranjeros y extrañamiento.Las personas no son extranjeras en sí mismas sino para otros, que así las definen. Ser extranjero no necesariamente significa venir de otro país. Georg Simmel sabía bien cómo las personas pueden sentirse extranjeras en su propia tierra o en los círculos sociales en los que quieren ser aceptadas y reconocidas. Ser extranjero es una construcción social, de ahí que también las personas más cercanas, los familiares, los vecinos de siempre, puedan convertirse en blanco de extrañamiento, ya sea por sus creencias, sus ideas políticas, sus apuestas etno-nacionalistas o sus costumbres.