Dos pueblos enfrentados desde tiempos inmemoriales, una noche se conquistan mutuamente. Al darse cuenta de lo acaecido, cada familia se quedará a vivir en la casa más parecida a la suya en el pueblo de al lado. Mientras tanto los reyes negocian el intercambio día tras día, semana tras semana, sin llegar a un acuerdo?
Será el anciano padre del herrero, el primero en cruzar el puente para buscar algo que se le había olvidado? Los nuevos propietarios de su casa lo invitarán a cenar. Así empieza un goteo de personas que pasan de un pueblo al otro.
Al mismo ritmo del agua que baja de los glaciares en la época del deshielo. Mientras tanto, los reyes siguen negociando, pero ya nadie les hace caso. La vida sigue su recorrido.