Alberto Ramos tenía solo 15 años cuando decidió meter en una maleta su esperanza y voluntad, abandonar Málaga y establecerse enEstocolmo, buscando una nueva vida. Y realizar su sueño de estudiar en el extranjero su bachillerato internacional. El instituto estásituado en S"dertälje, un peculiar municipio de Estocolmo con una gran influencia del cristianismo (católico y ortodoxo) e ideologíasinflexibles y totalitarias por su población proveniente de lasdiásporas asiria (assyrier/syrianer) y árabe. Laresultante homofobia extrema de ese fuerte choque cultural hizo que lo que para Alberto comenzó como una aventura se transformara en unapesadilla que duró tres años. El joven tuvo que enfrentarse acontinuos episodios de abusos, intimidaciones, desprecios ybullyingápor parte de sus compañeros debido a suáorientaciónsexual. Las denuncias ante la policía no tuvieron efecto y fueentonces cuando decidió hacerlo públicamente a través de sus redessociales,állegando así a los medios de comunicación.áEstos sehicieron eco del caso. Le pusieron una pulsera de seguridad para estar c