GONCOURT, JULES DE / GONCOURT, EDMOND DE
Diletantes, cultos, elitistas y amantes del siglo XVIII y del arte oriental, los hermanos Goncourt, Edmond y Jules, son hoy más recordados por la Academia y el premio literario anual que llevan su nombre que por sus novelas o por este Diario. Memorias de la vida literaria, fascinante fuente de información sobre la vida intelectual (y no solo) de aquella época. Se trata de una obra inagotable, rica en anécdotas, chismes y frases ingeniosas que bien podría considerarse el primer diario íntimo literario propiamente dicho. El Diario se publicó originalmente, con gran escándalo pese a omitir o modificar no pocos nombres propios, entre 1887 y 1896, en nueve tomos, divididos a su vez en tres series. El primer ciclo al que se dedica este volumen está escrito por Jules al dictado de los dos hermanos. A su muerte, Edmond decidió continuar el trabajo solo y seguir publicándolo bajo la firma de ambos. Flaubert, Balzac, Baudelaire y tantos otros nombres mayores de la literatura francesa son protagonistas de unas páginas que por primera vez se atrevieron a levantar el velo de las convenciones sociales y los falsos pudores para mostrarnos la vida literaria, política y social de una época, el Segundo Imperio, en toda su sorprendente, hiriente, conmovedora verdad.
Edmond (1822-1896) y Jules (1830-1870) Huot de Goncourt pudieron dedicarse por entero a la literatura y al arte gracias a la herencia paterna. Escribieron en colaboración obras históricas sumamente documentadas, como Historia de la sociedad francesa durante la Revolución y bajo el Directorio (1854-1855), Retratos íntimos del siglo XVII (1858) o El arte del siglo XVIII (1859), esta última reflejo de su pasión por el arte y el coleccionismo. Sus novelas anticiparon el naturalismo. Destacan Soeur Philomène (1861), Renée Mauperin (1864), Germinie Lacerteux (1865) y Madame Gervaisais (1869). Pero la obra más notable de los Goncourt es el Diario. Memorias de la vida literaria, publicado por vez primera entre 1887 y 1896, en nueve volúmenes, un impagable retrato de la vida intelectual de la época. Al morir, Edmond dejó, en memoria suya y de su hermano, una considerable suma de dinero para la creación de la Academia Goncourt, que concede una vez al año, desde 1903, el premio literario más importante de la lengua francesa.