Decía E. T. A. Hoffmann que «la música abre al hombre un imperio desconocido, que no tiene nada que ver con el mundo sensible que nos rodea». De ahí su continua dedicación a este arte y su preocupación por sobresalir en ella. La crítica generalizada suele considerar a Hoffmann «un mediocre músico pero un genial narrador», como se refleja en esta edición que reúne ocho de sus cuentos escritos entre 1808 y 1817, en los que el leitmotiv es la música. En cada uno de ellos late un apasionado romanticismo y un profundo amor por alguien que parece vivir, pensar y respirar sólo por este arte. Pocos autores hay tan inspiradores como este prusiano y no es de extrañar que sus historias sirvieran de base para un buen número de composiciones musicales.
«Hoffmann, el llamado heraldo del espíritu romántico, no solo pobló sus obras con un sinnúmero de músicos de ficción, sino que él mismo fue un claro ejemplo de la simbiosis de las artes tan deseada por los románticos.»