Tras sus vacaciones el comisario Adamsberg se interesa por la muerte de tres ancianos a causa de las picaduras de una Loxosceles rufescens, más conocida como la reclusa: una araña venenosa, pero en ningún caso letal. Adamsberg comienza a investigar, enredándose inadvertidamente en una delicada y compleja trama, llena de profundas conexiones, cuyos hilos se remontan a la Edad Media.