Tras La hija de la española, llega la nueva revelación de la literatura latinoamericana: una asombrosa primera novela basada en un hecho real. «La novela más hermosa de este año. [...] No apta para quienes disimulan, reprimen o tergiversan los sentimientos. En tres palabras, un texto bellísimo.»
Esteban Carlos Mejía, El Espectador Cuando tenía once años, un sicario mató a mi padre. Yo era una niña que no imaginaba que algo así pudiera pasar. Pero pasó. Todavía me cuesta creer que apenas treinta y cinco gramos de acero y un gramo de pólvora hayan podido acabar con una familia. Cuando Héctor Abad Faciolince, autor de El olvido que seremos, leyó esta primera novela, decidió publicarla de inmediato; muy poco después Lumen se sumaría a su entusiasmo. Tras el éxito en Colombia y mientras Francia prepara su traducción, Cómo maté a mi padre llega a los lectores de ambos lados del océano como una de las revelaciones literarias de los últimos tiempos. La crítica ha dicho:
«Una autora joven, colombiana, nacida en Medellín, que con este libro cuenta la historia que tenía que contar. Hacer cristalizar estos sentimientos tan enormes y dramáticos en una literatura que sea convincente para los demás, que no caiga en la ñoñería, que sea profunda y emocionante, es muy complicado. Sara ha seguido la estela de Héctor Abad Faciolince y lo ha hecho maravillosamente bien, con una capacidad para hablar de la naturaleza, la orfandad, el duelo... Muy recomendable.»
Marta Sanz, Babelia «La novela más hermosa de este año. [...] Una amalgama de ficción y testimonio que estremece. [...] Todo está narrado con sutileza en un encadenamiento de alegrías y tristezas, desde la infancia feliz en una finca feliz hasta la decisión de matar al padre, de sacarlo de su memoria. [...] Está escrita con curiosidad y deseo, amor y ternura, esplendor y claridad. [...] No apta para quienes disimulan, reprimen o tergiversan los sentimientos. En tres palabras, un texto bellísimo.»
Esteban Carlos Mejía, El Espectador «Deslumbrante. La autora tiene un manejo extraordinario del lenguaje, una capacidad poco frecuente para acumular estampas de un virtuosismo literario nada novel.»
Luisgé Martín «El tono es al mismo tiempo seco, contenido y conmovedor. También es sincero, a veces, gracioso por lo absurdo, nunca autocomplaciente y sin la mínima inclinación a inspirar lástima.»
Héctor Abad Faciolince «Leerla equivale a sufrir hasta el ahogo del alma. Pero [...] en algún momento en una palabra, en una escena, en una frase... todo ese dolor nos redime, y asoma en nuestro rostro una sonrisa.»
Mauricio Vargas Linares, El Tiempo «Se me puso la piel de gallina al leer algunos pasajes. Me impresionaron el estilo, el ritmo de la historia y la emoción que atraviesa cada página. Una gran narradora con un brillante futuro por delante.»
Raphaëlle Liebaert (editora de Stock) «Se devora sin tregua. [...] Una primera novela conmovedora por el tono y la manera en la que evade el lugar común de una historia tantas veces contada.»
Julián Posada, El Colombiano «Tremendo libro. Lo leí con un nudo en el estómago, de principio a fin. Un libro dulcemente doloroso, elegante, bonito.»
Sergio Fajardo «Excepcional. [...] Creo que es un libro que todo el mundo debería leer.»
Javier Sagarna