Max es un pintor que se instala a vivir en el piso superior de una vivienda familiar. A su estudio sube todos los días un niño. Comparte con él su tiempo, pero no sus cuadros, que el pintor mantiene siempre ocultos. Un día, Max le dejará a su amigo las llaves del estudio y un mundo misterioso aparecerá reflejado en los cuadros. Bajo la apariencia de lo real fluye el misterio, la música, lo invisible... Los cuadros están en este libro para que el lector se sorprenda ante esta exposición, hecha de momentos mágicos.