Durante más de veinte años (entre 1977 y 2002),
Imre Kertész y la crítica y traductora de origen
húngaro Eva Haldimann mantuvieron una extraordinaria
correspondencia en la que comentaron
el trabajo y las dificultades del escritor,
su salida de la Asociación de Escritores y todas
las vicisitudes que el autor tuvo que atravesar
hasta conseguir el reconocimiento mundial con
el Premio Nobel en el año 2002. Estas cartas
forman un maravilloso legado, a medio camino
entre la autobiografía y el ensayo, que nos
ayuda a entender la trayectoria vital y la intelectual
de uno de los autores más relevantes de
la literatura europea contemporánea.