En un tiempo en que los favoritos han quedado como personasinfluyentes, favorecidas por la amistad o la influencia ùno siemprebenignaù que han ejercido sobre sus reyes, la figura de Beltrán de laCueva ha sido interpretada como la de un hombre cuyo único mérito fueaprovecharse de la supuesta debilidad e ineptitud del rey Enrique IV.Sin embargo, ni el rey de Castilla fue un inepto ni su escudero llegóa primer ministro por imaginada capacidad para medrar. Enrique IV hasido uno de los tres reyes combatidos por una parte de la nobleza y la familia por su falta de interés en hacer la guerra a Granada, másenamorado de su cultura que del enfrentamiento. Beltrán de la Cueva,unido al rey desde los once o doce años cometió el fallo de ser suayudante, su defensor; su más fiel servidor. En esta novela, verazante los hechos probados, se hace justicia a ambas figuras, enespecial a la de don Beltrán de la Cueva: un soldado fiel.